La Pasión Científica de un Liberal Romántico

Apasionante fue, sin duda, la vida de Lorenzo Gómez Pardo (1801-1847), uno de los “padres” de la Escuela de Ingenieros de Minas de Madrid, a quien está dedicado este libro, escrito por Beatriz Vitar. Apasionante y envidiable.



Enrolado a los 19 años en la Milicia Nacional Voluntaria, creada para defender la Constitución y el Estado, estudiante de mineralogía en París, teniendo como profesores a Brogniart, Beudant o Brochant; pensionado, junto a Isidro Sainz de Baranda en Freiberg; amigo de Fausto de Elhuyar, de Ezquerra del Bayo, de Schulz o de Casiano de Prado. Diputado por Madrid, destinado como inspector de minas a Linares, Almadén, Sierra Almagrera, Río Tinto y otras, hasta su cese, en 1844.

Pero si su vida profesional fue intensa, no menos lo fue su faceta humana. Liberal romántico, músico, poeta, viajero incansable, bibliófilo empedernido, bailarín, buen dibujante y, aunque falleció soltero, conquistador y ferviente admirador del sexo opuesto, en especial hacia el tipo de mujer andaluza.

Lorenzo Gómez Pardo fallecería en 1847. Antes de morir había dispuesto que sus pertenencias científicas, “libros, papeles, documentos, minerales y demás objetos de historia natural y química fuesen donadas a la Dirección General de Minas, para formar con ellas un premio con el que estimular al jóven más sobresaliente en dichas ciencias“. Fue su hermano José el encargado de llevar a cabo la última voluntad de Lorenzo, a la que sumó una donación de 125.000 pesetas, haciendo posible la creación de la fundación que lleva su nombre, incentivando mediante premios la investigación minera.

La historia de este prohombre, escrita con amenidad y rigor, hace del libro un relato biográfico delicioso que se lee de tirón y con agrado. Como dice la autora, “la biografía de Lorenzo Gómez Pardo puede seguir escribiéndose”, con la absoluta certeza de que aún queda mucho por descubrir en la personalidad irrepetible de este científico metido a liberal y romántico.

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