Cargadero de Mollarri
Vista general del cargadero. En el mar, islote Malla Harría, donde se disponía el cantilever (Fot. J. Alonso, 2019)
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En los últimos años del siglo XIX, la sobreexplotación de los yacimientos mineros de hierro vizcainos era evidente. Ayudados por el desarrollo de nuevas tecnologías de explotación, compañías belgas, francesas e inglesas se interesaban por los cotos mineros de Gipuzkoa (Zerain, Mutiloa, Berastegi, Irún, Arditurri y los de Andazarrate, en Asteasu. En estos últimos se extraía hematites como mena de hierro con una ley del 47-48%. La explotación de las minas de Asteasu llegó a su cenit durante la I Guerra Mundial (1914-1918), ralentizándose su actividad hasta el cese definitivo en 1927.
Cargadero de Mollarri
Vista general del depósito de mineral (Fot. J. Alonso, 2019)
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Un tranvía aéreo traía el mineral por el cable desde la mina en el alto de Andazarrate, en Asteasu, hasta el depósito de Talaimendi, salvando una distancia de 10.700 metros mediante 112 caballetes metálicos de diversas alturas. Una segunda línea de 300 metros de distancia y 40 metros de desnivel, arrancaba en la misma base del depósito, transportando el mineral hasta el islote Malla Harria donde se hallaba el cantilever o voladizo de carga a través del cual se vertía su contenido en las bodegas de los buques. Este sistema de transporte en el que las vagonetas cuelgan de un cable sin fin, une directamente el sitio de carga con el de descarga, salvando todo tipo de accidentes geográficos. El que hoy nos ocupa fue diseñado por el ingeniero alemán Guillermo Vahl y construido en 1909 por la firma bilbaina "Mariano Corral e Hijos".
Cargadero de Mollarri
Vagoneta junto a tolvas del depósito (Fot. J. Alonso, 2019)
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En las instalaciones de cierta pendiente bastaba la acción de la gravedad para el movimiento, así, la línea del tranvía aéreo era automotora. Contaba con tres estaciones intermedias y un motor diesel para el dispositivo de arranque y frenado. En el primer tramo entre la mina y el depósito, la capacidad de transporte era de 20 toneladas por hora, mientras que en el segundo tramo entre el depósito y el cantilever era capaz de despachar hasta 150 toneladas por hora.
Desde las tolvas de la parte inferior del gran depósito se cargaba el mineral en las vagonetas de la segunda línea de transporte hacia el cantilever. Algunas tolvas muestran todavía las vigas de madera, parte del sistema de cierre original.
Cargadero de Mollarri
Vagoneta con mineral de hierro al pie de las tolvas (Fot. J. Alonso, 2019)
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Un sistema de boyas facilitaba el amarre de los cargueros, ayudados por pequeñas embarcaciones. El tiempo estimado para su carga era de 10 a 15 horas. En caso de temporal, los buques podían guarecerse en el cercano puerto de Guetaria a la espera de mejores condiciones.
El cantilever, con una longitud aproximada de 23 metros y una estructura compuesta por piezas de fundición, montantes y diagonales, despachaba 200 toneladas de mineral por hora. Contaba con una vertedera giratoria sobre la que vaciaban su contenido las vagonetas cargadas de mineral de hierro. En la actualidad solo quedan las bases y zapatas de mampostería y cemento construidas sobre las rocas de Malla Harria. Estos elementos servían para sustentar las torres-caballete que sostenían el cableado del tranvía aéreo y el cantilever o voladizo de carga del islote mayor.
Cargadero de Mollarri
Pilastras e islote Malla Harria donde se alzaba el cantilever (Fot. J. Alonso, 2019)
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Las instalaciones de Malla Harria estaban interconectadas por teléfono y contaban con luz eléctrica. El número de trabajadores oscilaba entre 5 y 10, y disponían de un transporte especial vía aérea para acceder al cargadero. Toda esta estructura industrial fue construida en 1909 y estuvo en funcionamiento hasta 1927. Toda una serie de situaciones históricas concretas permitieron a la Compañía Minera de Álava y Guipúzcoa acometer esta increible infraestructura industrial. Su función, el transporte de hematites beneficiado en las minas de Andazarrate hasta los buques de carga.
Nota: Los textos con los que hemos compuesto esta entrada han sido extraídos de los diversos paneles de información disponibles en el centro de interpretación, junto al gran depósito.
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