Colección Pfersich Merki, Torrelavega, Cantabria

domingo, 17 de junio de 2018

Lorenzo Pfersich fue director entre 1947 y 1956 de la fábrica de chocolates que la empresa Nestlé posee en La Penilla (Cantabria). De ascendencia suiza, nació en esta localidad en 1905, falleciendo en Santander en 1996. Su padre, Lorenzo Pfersich fue el primer director que la multinacional helvética del chocolate tuvo en aquella factoría.

Número de fotografías: 15 (Clic en las fotos para ver secuencia)

A lo largo de su vida reunió una importante colección de mineralogía nacional y extranjera, que su esposa, Carmen Ruiloba, deseó tras el fallecimiento de su esposo que se mantuviera unida y fuese conservada y expuesta en algún espacio público donde pudiera ser utilizada con fines didácticos y científicos, donándola para tal fin a la Universidad de Cantabria. Entre todos los ejemplares expuestos destacan las numerosas fluoritas procedentes de varios yacimientos asturianos.

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En la actualidad, esta notable colección, de más de 500 ejemplares se encuentra expuesta en el hall de entrada de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Minas y Energía de Torrelavega, ocupando casi medio centenar de vitrinas. Junto a ellas se encuentra depositado un gigantesco ejemplar de blenda acaramelada y calcita procedente de las minas que la empresa Asturiana de Zinc explotaba en Áliva. Este ejemplar estuvo durante años presidiendo la entrada de las oficinas de la compañía.

Número de fotografías: 12 (Clic en las fotos para ver secuencia)

Desgraciadamente, un muy deficiente sistema de retro-iluminación impide la correcta observación de los ejemplares allí expuestos, lo que representa un gravísimo impedimento para poder valorar en detalle la calidad de los ejemplares, hasta el punto de precisarse para ello el auxilio de algún sistema de iluminación externo por parte del visitante para su adecuada visión. Las fotografías que acompañamos han sido tomadas, intencionadamente, con la única luz de los expositores, para mejor comprender dichos problemas de iluminación. El etiquetado de los ejemplares también deja mucho que desear; en muchos casos (fácilmente identificables) faltan los datos de procedencia mientras que en otros o son erróneos o son muy imprecisos.