El lavadero mecánico de Arrayanes, instalado en el paraje conocido como Ladero de las Lagunas (Linares) en 1891 por la Casa Figueroa, arrendataria por aquel entonces de la mina, fue uno de los más avanzados de su época. La empresa alemana Humboldt fue la encargada de su construcción; constaba de varios niveles donde funcionaban tromeles, cribas mecánicas, machacadoras, conos, molinos y diversas mesas para el tratamiento de finos.
En sus comienzos, el lavadero fue accionado por máquinas de vapor, que dieron paso a los motores eléctricos en 1899. El mineral llegaba de los diversos pozos de la mina mediante un pequeño ferrocarril de vapor que igualmente sería sustituido, años después, por otro de tracción eléctrica. Tras hacerse cargo el Estado de la mina, el lavadero sería cerrado en 1908.
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