Mina Casualidad (Minas del Lombo), Calabor, Pedralba de la Pradería, Zamora

viernes, 24 de junio de 2016

Mina Casualidad

Vista general de la explotación en la actualidad (Fot. J.M. Sanchis, 2016)

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La concesión Casualidad fue solicitada por la empresa Estaños Ibéricos, S.A. el 22 de septiembre de 1937, siéndole concedida con el nº 831 el 24 de mayo de 1939. Los trabajos comenzaron al poco de finalizar la Guerra Civil, abriéndose una galería para cortar los filones. A partir de 1947, dificultades económicas obligaron a efectuar únicamente trabajos superficiales y zanjones, obteniéndose en aquel año 3111 kilos de mineral y 3659 en 1948. En el manto aluvional se abrieron 60 metros de calicatas.

Mina Casualidad

Vista general de las escombreras (Fot. J.M. Sanchis, 2016)

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Entre 1949 y 1960 se mantendría la actividad, electrificándose la mina en 1961. En 1964 se mantuvieron los trabajos bajo mínimos, paralizándose la mina en 1965. A principios de los años 80, la compañía propietaria alcanzó un acuerdo con la empresa Shanleon, S.A., formándose entonces una nueva compañía para la explotación del yacimiento: Cía. Minera de Santa Lucía, S.A.

Mina Casualidad

Reconocimiento de muestras (Fot. J.M. Sanchis, 2016)

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En 1984, el 60% de sus acciones fueron compradas por Promotora de Minas de Carbón, S.A., cuyos intentos por potenciar la rentabilidad del yacimiento se verían frustrados por la caída de los precios, provocando el definitivo cierre de la mina*. En este mismo año, CAVOSA llevo a cabo algunos trabajos de investigación en la zona.

Mina Casualidad

Entrada al posible polvorín (Fot. J.M. Sanchis, 2016)

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La explotación contaba con tres grupos de filones mineralizados (casiterita y arsenopirita), de 20 a 50 cm de potencia, situándose en el central la extracción más importante. Disponía la mina de seis niveles de galerías que ocupaban unos 40 m de altura sobre el filón principal. Casualidad tiene su continuidad en la mina de Montesinho, ya en tierras portuguesas.

Mina Casualidad

Traviesas en el polvorín (Fot. J.M. Sanchis, 2016)

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De la explotación solo puede hoy reconocerse su gran escombrera de estériles y una estrecha galería en cuya bocamina se levantaron unas paredes de ladrillo cuyo fin ignoramos, pero que bien pudo emplearse como polvorín, ya que sobre ella se conserva una pequeña caseta de hormigón dónde se almacenaban los detonadores.

* Datos tomados de SIEMCALSA