Los (escasos) minerales españoles del Museo Cantonal de Geología de Lausanne, Suiza

martes, 6 de septiembre de 2016


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El museo tiene su origen en 1818, cuando Charles Lardy y Daniel A. Chavannes promovieron una suscripción pública para la adquisición de la colección de minerales de Henri Struve, director de las minas de sal de Bex, aunque su nacimiento oficial no se produciría hasta 1874, fecha en la que se reorganiza científicamente el museo, creándose las salas de zoología, botánica y geología.


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La construcción del palacio de Rumine, en 1906, permitió la instalación que hoy podemos contemplar, si bien la Sala Renevier, que alberga las colecciones de mineralogía, fue recientemente reformada y modernizada. En ella se encuentran las colecciones sistemáticas cantonales de mineralogía, notables ejemplares del resto del mundo, gemas, rocas, meteoritos, etc.


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Paupérrima es la presencia de minerales españoles en sus vitrinas. Una fluorita tallada de Berbes, de 195 quilates, perteneciente a la colección de Bruno Veigel, algunas piritas de Navajún de varios tamaños, un peridoto gerundense y una esfalerita también tallada es todo cuanto de España puede verse en la exposición.


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La esfalerita acaramelada tallada, procedente de las cántabras minas de Áliva, de 163,4 quilates, considerada por el museo como la mayor del mundo, procede de una donación privada, y fue bautizada como La Estrella de Asturias, demostrando su bautizante con ello un imperdonable desconocimiento de la mineralogía topográfica española.