Mina Mi Marujita (Anita), Almendricos, Lorca, Murcia

viernes, 7 de octubre de 2011

La mina Mi Marujita, demarcada primitivamente con el nombre de Anita, está situada en el flanco sur de la Sierra de Enmedio, y sus orígenes se remontan a finales del siglo XIX. Se explotaron entonces algunas bolsadas de hierro (cuatro dentro de una faja de caliza que atravesaba la concesión en diagonal por su extremo S.O, y que continuaba hacia la concesión Proserpina) mediante rozas a cielo abierto y pequeños socavones, hasta paralizarse, junto al resto de las demás explotaciones en 1920-22.

En esta primera época de laboreo, los minerales de la Sierra eran enviados, mediante un cable aéreo de 2500 metros, hasta la estación de Almendricos, del ferrocarril de Lorca a Baza y Águilas, aunque los de la zona sur eran llevados mediante carros hasta el apeadero de Las Norias. En 1892 se cargaron en él 7.000 toneladas, alcanzándose en 1900 las 45.000.

A partir de 1946 las minas sufrieron una fuerte reactivación, formándose nuevos grupos. El denominado Las Norias estuvo compuesto, entre otras, por las minas Mi Marujita, Pelé, Campanada y Las Norias, sumando en total 93 pertenencias y ocupando las antiguas concesiones Proserpina, Anita, Concha, Palomilla, Mi Julio, etc.

A mediados de los años 50 se abrió el socavón de Mi Marujita, de 70 metros, que finaliza en una gran cámara explotada de la que arranca un plano inclinado con un 75% de pendiente y 140 metros de longitud, hasta alcanzar las mineralizaciones inferiores, a 70 metros de profundidad. Se estimaba en 500 metros la longitud del filón, con unas reservas probables de 750.000 toneladas de mineral de hierro y una potencia media de 10 metros.

En 1960, la mina, junto a las otras que formaban parte del grupo Las Norias, fue arrendada por Bartolomé García Ruiz, su entonces propietario, a la empresa Hierros de Garrucha S.A., dando ocupación a unos 100 trabajadores. Se electrificaron las instalaciones y se levantaron edificios de oficinas, talleres, aseos, etc., modernizándose y mecanizándose las explotaciones. El mineral era remitido a Garrucha, para desde allí ser exportado a través del embarcadero que poseía la compañía. Una nueva crisis afectará nuevamente a la minería del hierro en 1965, quedando definitivamente abandonadas todas las labores.

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