Minas de Almadén: de feria en feria

viernes, 1 de julio de 2022

En los años 40-50, era habitual que las minas de propiedad estatal acudiesen a las Ferias de Muestras para darse a conocer y exhibir algunos de sus productos, fábricas e instalaciones industriales, lo que además constituía un eficaz medio para mostrar los incipientes progresos del país. Las ferias eran un buen escaparate. Tras el fin de la Guerra Civil española, el Estado se había visto forzado a iniciar una etapa de autarquía económica, debido al aislamiento al que fue sometido y a la falta de ayudas por parte de las naciones extranjeras que se mostraban opuestas al régimen franquista.

Valencia, 1942

En la Feria de Muestras Internacional de Valencia de 1942, Minas de Almadén montó un stand en el que la principal atracción fue una balsa de mercurio en la cual el público podía jugar con el líquido elemento en el que flotaban algunas pesadas esferas de hierro, para mostrar con ellas su elevada densidad.


Número de fotografías: 4 (Clic en la foto para ver secuencia)

En las imágenes de “Finezas” distinguimos, bajo el improvisado estanque, los típicos frascos utilizados para transportar el mercurio. Obsérvese igualmente que el empleado de la Feria usa únicamente un guante, mientras que la otra mano, desnuda, le sirve para sujetar un cigarrillo. Nos llama poderosamente la atención la presencia, en segundo plano, de un oficial alemán, así como la bandera del Tercer Reich en el cartel promocional de la feria, que se desarrolló entre el 10 y el 25 de mayo de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial.

Puertollano, 1954

En mayo de 1954, Puertollano acogió la primera Feria de Muestras de la Provincia de Ciudad Real, y en ella Minas de Almadén estuvo presente con un stand en el que se mostraron gráficos de mercado, fotografías, maquetas, mineral de mercurio, frascos, etc., siempre bajo la atenta mirada de un par de guardias jurados de la mina.


Número de fotografías: 4 (Clic en la foto para ver secuencia)

Las fotografías que adjuntamos fueron tomadas entonces por Joaquín Oña Górriz, un zaragozano nacido en 1891 que desarrolló su trabajo como fotógrafo profesional en Sevilla, Madrid y Puertollano, instalándose definitivamente en 1940 en esta última ciudad, en la calle Vía Crucis, dónde estuvo su estudio. Oña falleció en 1974.