Mina La Unión (La Económica), Mazarambroz, Toledo

miércoles, 24 de julio de 2019

Mina La Unión

Vista general de la mina (Fot. J.M. Sanchis, 2003)

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La antigua mina La Económica (nº 1914), nombre por el cual aún se conoce esta antigua explotación de plomo argentífero y zinc, se demarcó por Cástor Sierra en 1876 en el paraje llamado Los Almadenes, sobre una antigua concesión caducada llamada California y junto a otra de hierro y plomo llamada Manolita (nº 1919) que estaba situada en el paraje de La Higueruela. La explotación de estas minas corrió a cargo de la sociedad La Feliz, que mantuvo los trabajos hasta 1907. La producción de aquellos primeros años, de unas 20 toneladas anuales, era enviada a las fábricas de Rentería (Guipúzcoa).

En 1923 se intentó reabrirlas de nuevo, sin éxito, dada su escasa rentabilidad. Las minas son también conocidas en la zona como Minas de Layos.

Mina La Unión

Vista general (Fot. J.M. Sanchis, 2003)

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En 1948 se otorgó un permiso de investigación que tuvo como resultado la demarcación por parte de D. Hipólito Samuel Bonilla Diezma de la mina La Unión (nº 3043), a la que posteriormente se añadirían otras concesiones (2ª Unión, 3ª Unión, 4ª Unión, Agustina, y San Guillermo) formándose para su explotación la sociedad Minas del Guajaraz, S.A., comenzando los trabajos en 1955. Se efectuaba la extracción mediante varios pozos (Maestro de La Unión, Explanada, La Blanca, Manolita, etc.). En 1963 se había desaguado ya hasta la 7ª planta, beneficiándose en la 6ª un potente filón de esfalerita. El método de explotación era el de realces, con relleno en algunos casos y con entibación de madera en otros, dejándose macizos y pilares en las zonas más pobres de la mineralización.

Mina La Unión

Castillete metálico junto al viejo de mampostería (Fot. J.M. Sanchis, 2003)

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El pozo maestro de La Unión dispuso de un castillete metálico que aún se conserva, instalado en 1964 junto a otro viejo de mampostería y ladrillo, que daba servicio a las 10 plantas de la mina, cuyas labores alcanzaron los 280 metros de profundidad. Junto a estas instalaciones se levantó una planta de trituración y su correspondiente lavadero de flotación donde trataban, además de su producción, la de otras minas de la provincia.

La mina suspendería sus trabajos definitivamente a finales de los años 70 del pasado siglo XX.