Cantera del Cerro Negro, Quesa, Valencia

jueves, 16 de mayo de 2019

Cantera del Cerro Negro

Vista general. A la izquierda del río Escalona la cantera del Cerro Negro (Fot. Andrés Morales Escalera, 2017)

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Siguiendo el camino conocido como “de la Rambla” que transcurre paralelo al río Escalona, llegamos al paraje conocido como Cerro Negro, dentro del término municipal de Quesa (Valencia). Aproximadamente sobre el kilómetro y medio del camino, y atravesando el río en este punto, se localiza una cantera de dolerita.

Cantera del Cerro Negro

Vista general de la cantera (Fot. Andrés Morales Escalera, 2017)

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La cantera del Cerro Negro se explotó entre los años 50 y 70 para la extracción de dolerita como árido. En la actualidad se halla totalmente abandonada, con bastante vegetación y sin apenas rastro de instalaciones o maquinaria que delaten su pasada actividad.

Cantera del Cerro Negro

Niveles yesíferos en la zona alta de la cantera (Fot. Rafael Muñoz, 2019)

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Hematites, titanita, cuarzo, albita, etc, son minerales asociados a la dolerita y que aparecen en pequeñas grietas, fisuras y geodillas de la misma. Pero si hay un mineral que destacar en este yacimiento es el yeso. En los niveles yesíferos se han encontrado enormes geodas de cristales decimétricos, prismáticos y tabulares, algunos formando maclas en punta de flecha. Estos cristales pueden llegar a alcanzar los 50 cm, sin apenas transparencia y de color blanco o amarillento. Cristales de menor tamaño sí suelen ser transparentes.

Cantera del Cerro Negro

Yeso. Ejemplar en cruz. 30 cm cristal mayor. Col. J. Vitorino Sánchez (Fot. Rafael Muñoz)

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Las geodas de yeso se localizan en las paredes más verticales de los niveles yesíferos y la única forma de llegar a ellos es descolgarse por el frente y trabajar suspendidos en el aire a gran altura, lo que exige una muy buena preparación para rescatar buenos ejemplares en este yacimiento.

Cantera del Cerro Negro

Yeso. 12 x 10 cm. Col. J. Vitorino Sánchez (Fot. Rafael Muñoz)

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Los ejemplares que mostramos hoy pertenecen a la colección Jose Vitorino Sánchez Abreu (Valencia), recolectados por él hace más de 35 años y hallados en unos bolos que se desprendieron de la pared y quedaron a mano en aquel momento. Posteriormente otros coleccionistas se han aventurado a descolgarse obteniendo así magníficos cristales de yeso.