Hace unos días recorrimos el Teso de la Calera y sus dos localidades clásicas, a saber: Pegmatitas del Teso de la Calera y Esquistos del Teso de la Calera. Ampliamos hoy nuestra base documental con algunas imágenes de la segunda de ellas.

Esquistos del Teso de la Calera
Parcela de olivos sobre suelos arcillosos desarrollados sobre los metasedimentos paleozóicos (Fot. J. Alonso, 2025)
AccederComo podéis observar, no aflora ningún nivel de esquistos con granate, sino más bien suelos agrícolas desbrozados y labrados para el cultivo de olivos y almendros. En determinadas zonas, el arado arranca y dispersa fragmentos de los esquistos con granate que constituyen la roca madre infrayacente, facilmente deleznable, lo que favorece la aparición de monocristales de almandino e incluso agregados de numerosos cristales entre las arcillas rojas y restos de los metasedimentos que conforman el suelo.

Esquistos del Teso de la Calera
Granate almandino fotografiado cenitalmente a sus ejes de simetría principales (Fot. J. Alonso)
AccederEn esta localidad, los monocristales de granate presentan por lo general hábito rombododecaédrico y un tamaño medio entre 2 y 3 centímetros, aunque se han citado mayores. Sus caras se encuentran fuertemente alteradas y cubiertas de biotita. Tras su limpieza presentan un color marrón-rojizo muy oscuro, casi negro y, por supuesto opacos. En cualquier caso, su geometría regular los hace atractivos para el coleccionismo.