Fundición Santa Ana, Villaricos, Cuevas del Almanzora, Almería

lunes, 10 de febrero de 2014

No son muchos los datos que se poseen de esta antigua fundición, ubicada en el paraje de Piedrallana, al norte de Villaricos, muy cercana a otra fábrica: la Invencible. Se cree que fue construida sobre 1870, cesando su actividad nada más comenzar el siglo XX, al disminuir notablemente la producción de las minas de Sierra Almagrera.

Fundición Santa Ana

Chimenea de la fundición (Fot. J.M. Sanchis, 2010)

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La construcción de este establecimienro metalúrgico fue promovida por los propietarios de la fundición Carmelita (Manuel J. Soler Flores y socios de la mina Carmen y Consortes, del Jaroso), con objeto de poder continuar fundiendo minerales los meses de verano en que Carmelita detenía su producción, dado lo insalubre de su entorno, junto a unas lagunas en la desembocadura del río Almanzora, que provocaban epidemias de fiebres.

Fundición Santa Ana

Sección de la galería de humos (Fot. J.M. Sanchis, 2010)

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Hacia 1883, Santa Ana fue adquirida por José Soler Gómez, conocido exportador de minerales de plomo de la zona, lo que para algún autor significa que la fundición mantuvo un ritmo de producción continuo, sin grandes altibajos, habiéndose estimado en unas 30 toneladas diarias el mineral que era llevado para su tratamiento a la fábrica, llegándose a consumir anualmente 3600 toneladas de coque y hulla llegados en buques desde Inglaterra.

Contigua a esta se encontraba la Fundición Dolores, levantada en 1875 por Pedro Soler, hermano del propietario de la Santa Ana. Ambas dispusieron de varias calderas horizontales de vapor para cuyo funcionamiento era bombeada el agua del cercano mar Mediterráneo.

Fundición Santa Ana

Ruinas de uno de los muros de la fábica (Fot. J.M. Sanchis, 2010)

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En septiembre de 1899, ya en plena crisis del sector, se cerraría la fundición Dolores, y un año más tarde (julio de 1900) sería Santa Ana, la única fábrica que se mantenía en funcionamiento en las cercanías de Villaricos, la que cerraría definitivamente sus instalaciones.

De esta fundición solo restan algunas escasas ruinas, dentro del perímetro de la fábrica de productos químicos allí instalada, algunos tramos de su galería de humos y la chimenea.