Minas de San Quintín, Villamayor de Calatrava, Ciudad Real

martes, 10 de enero de 2012

Minas de San Quintín

Pozo María (Fot. J.L. Chamero, 2011)

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Este antiguo grupo minero, enclavado en los parajes de la Dehesa del Collado y Las Minetas de Cabezarados, constituyó el principal centro de producción del Valle de Alcudia. Las minas ya habían sido beneficiadas por los romanos, aunque su historia moderna comenzará en 1540 con el descubrimiento de la “vena de El Viejo” (Valle de Quiles, Tirteafuera) y su posterior explotación, estando considerado en la época como el pozo más rico de Castilla. Alcanzarían su máximo apogeo en 1560, paralizándose los trabajos en 1573.

Minas de San Quintín

Antiguo lavadero (Fot. J.L. Chamero, 2011)

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En 1587, los célebres banqueros Fugger se ocuparían de beneficiar sus minerales, manteniéndose las labores con muchos altibajos hasta que en 1876 la SMM de Peñarroya se interesó por el yacimiento, actividad que mantuvo hasta 1934. Para ello adquirieron los activos de la Sociedad Victoria y Navarra, propietaria por aquel entonces de las minas San Froilán y Elisa, liberando a San Quintín de los derechos que estaban en poder del consorcio escocés de Samuel Dobree.

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Panorámica del pozo María y su entorno (Fot. J.L. Chamero, 2011)

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El grupo llegó a estar formado por 25 concesiones, agrupadas en dos núcleos: San Matías (concesiones Don Raimundo, Precaución, 2ª Precaución y una parte de Consecuencia) y San Froilán (concesiones Elisa, Armando, San Froilán y el resto de Consecuencia). En total, 244 hectáreas. Los pozos más importantes fueron Don Raimundo, María, San Froilán y Armando. Para el traslado de minerales hasta las fábricas de beneficio la SMMP construyó en 1899 el ferrocarril que desde Almodóvar y San Quintín llegaba hasta Puertollano.

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Ruinas del pozo Don Raimundo (Fot. J.L. Chamero, 2011

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En 1907 se instalaron castilletes metálicos movidos por máquinas de vapor y mesas Wefley, alcanzando las labores los 650 metros de profundidad. Dos años más tarde se ampliarían las instalaciones para poder beneficiar también el cinc, hasta entonces despreciado, lavándose para su recuperación las antiguas escombreras. En 1914 trabajaban en el grupo más de 1000 personas.

El agotamiento de los filones llevó al cierre, en 1918, del pozo Don Raimundo, quedando únicamente en producción el pozo Armando (1921). En 1932 las minas estaban paradas, dedicándose únicamente al lavado de escombreras. Un par de años más tarde se detendría totalmente la actividad: apenas trabajaban algo más de 200 obreros al producirse el cierre.

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Panorámica del pozo Don Raimundo (Fot. J.L. Chamero, 2011)

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En 1973 se instaló un lavadero con el fin de beneficiar el plomo y cinc de terreros y escombreras, que se mantuvo en funcionamiento hasta 1988.

El acceso a estas minas se efectúa por la carretera de Puertollano a Cabezarados, cuyo trazado atraviesa las ruinas de este histórico grupo minero.

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Ruinas del poblado minero (Fot. J.L. Chamero, 2011)

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El reportaje gráfico que presentamos es obra de nuestro entusiasta colaborador J.L. Chamero, a quien agradecemos su aportación a MTI.