Cargadero de El Piquillo, Ontón, Castro Urdiales, Cantabria

martes, 22 de noviembre de 2011

Cargadero de El Piquillo

Vista general de los restos del cargadero (Fot. J.M. Sanchis, 2011)

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Los restos de este antiguo cargadero se encuentran situados entre la Ensenada de Ontón y la Rada del Berrón, en la Punta del Rebombal, situándose sus orígenes en 1894, cuando por encargo de la compañía Chávarri y Cía fue diseñado por Alberto de Palacio. Su construcción se llevó a cabo en los talleres de S.A. Franco Belga, de Miravalles (Vizcaya), poniéndose en funcionamiento en 1896.

Cargadero de El Piquillo

Vista general desde el socavón (Fot. J.M. Sanchis, 2011)

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Fue el de mayor tamaño de todos los de la zona, con 120 metros de longitud y una altura sobre el nivel de la pleamar de 17 metros. Su parte volada era de más de 65 metros y su capacidad de carga, 1500 toneladas diarias. Dado el gran calado del punto donde estaba situado, permitía el amarre de buques de casi 8000 toneladas. Estaba anclado a tierra mediante cuatro grandes sujeciones que impedían su caída. El conjunto pesaba más de 400 toneladas, y su vertedera alcanzaba los 25 metros. Dispuso de una plataforma de 6,20 metros de anchura, sobre la que discurrían tres vías.

Cargadero de El Piquillo

El gran depósito-tolva del cargadero (Fot. J.M. Sanchis, 2011)

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Cargaba el mineral que, procedente de las minas Josefa, Galerna y otras (pertenecientes a la Cía. Chávarri, a la Sociedad Española de Explotaciones Mineras y a Vicente Elósua), llegaba hasta sus depósitos, y que era transportado por el ferrocarril de Ontón-Cobarón, de algo menos de 3 kilómetros de trazado.

Cargadero de El Piquillo

Interior del socavón y bancadas de hormigón para maquinaria (Fot. J.M. Sanchis, 2011)

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En este cargadero estuvo instalado el Artefacto Automático diseñado por Alberto de Palacio en 1889, consistente en una torre, de forma piramidal que tenía 20 metros de altura por 6,10 metros de ancho, y que discurría por 4 vías de una longitud de 70 metros, con una inclinación del 5% que se iban sumergiendo en el mar. Así, a medida que la torre iba avanzando hacia el buque, iba descendiendo gradualmente, de forma que al llegar a éste el mineral cargado en la parte superior quedaba al mismo nivel que la cubierta del barco, pudiendo así verter su carga. El sistema utilizaba como contrapeso una serie de vagones que lo hacían regresar a tierra una vez descargado el pesado mineral.

Mina Josefa

Depósito de mineral de la mina Josefa, en Ónton, desde dónde era reenviado al cargadero (Fot. J.M. Sanchis, 2011)

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En 1954, gracias a la intervención de Vicente Elósua, se modernizaron sus instalaciones, a las que se incorporó una cinta transportadora capaz de descargar 2000 toneladas de mineral a la hora. Tras cerrarse las minas, un fuerte temporal lo arrancaría de sus apoyos y anclajes, cayendo al mar toda la estructura metálica el 10 de diciembre de 1985.